Como Ganarse la Simpatía de las personas (Parte I)

Basado en " Cómo Ganar Amigos" de D. Carnegie

Un gran educador afirmaba: " No basta con amar. Es necesario que los demás se den cuenta de que los amamos". Pero cómo se puede lograr esto??.

La simpatía se obtiene con tres medios:

1. UN ROSTRO AGRADABLE: Lo único nuestro que en verdad no poseemos es el rostro. Nuestro rostro pertenece a los demás. Así que no tenemos derecho a robarles la enorme satisfacción de gozar mirando un rostro amable.

Cada uno tiene un tesoro para ir repartiendo: su sonrisa. Por eso en tantas oficinas vemos una invitación en un cartel:

" Sonría ". Si lo cumpliéramos habríamos depositado una cucharada de azúcar más, en la olla amarga de este mundo tan agitado y triste.

La sonrisa hace más joven a la persona. Cuando una mujer revendedora quiso hacerse tomar una fotografía, el fotógrafo le pidió que sonriera. Ella le respondió disgustada: Qué, acaso es que soy su novia?. El hombre fotografió así con ese rostro serio del momento. Pero luego lanzó un chiste y al ver que la mujer se sonreía, le tomó una nueva foto. Después le mostró las dos. En la primera aparecía con veinte años más que en la segunda. Sobra decir que ahora esa mujer le sonríe a los postes del alumbrado.

La persona simpática tiene un rostro que va diciendo sin palabras " Estoy contenta de tratar con ustedes. Me agrada su presencia. Me satisface la Vida".

La Revista  Selecciones hizo un concurso: LA MEJOR FRASE RESPECTO A LA SIMPATIA. La frase ganadora fue la siguiente: CADA PENSAMIENTO ALEGRE ES UN MASAJE QUE SE LE DA AL PROPIO ROSTRO Y SE VUELVE MAS SIMPATICO.

Y en Estados Unidos hubo, otro curioso concurso: CUAL ES EL AMIGO  SUYO QUE MERECE MAS SIMPATIA Y POR QUE? Y saben quien ganó el concurso?. Parece mentira: se lo ganó EL PERRO Y por qué?. Porque.... decían los concursantes " es el amigo que más alegría demuestra cuando nos encontramos con él ". 

Como el perro no puede sonreír ni quitarse el sombrero, mueve la cola y da saltos de alegría al encontrar a su amigo . Y eso agrada al otro.

Trabajemos nuestro rostro: hasta que brille en él, como algo absolutamente normal, una sonrisa perenne, una alegría esperanzadora, un deseo de que nuestra presencia haga más agradable la vida a los demás. Será quizás nuestro mejor negocio en el campo de la amistad y de la influencia en los demás.

Continuará.......